La sala de psicomotricidad conforma un lugar especial para el niño, un lugar para el movimiento, para el placer.
En la clase de psicomotricidad el niño vive el placer del juego en todas sus expresiones, tiene la posibilidad de: balancearse, rodar por el suelo, deslizarse sobre los planos inclinados, lanzarse sobre colchonetas; tiene la posibilidad de correr, gritar, saltar; pero el también puede construir con las piezas de construcción, los cubos y prismas, o las planchas de madera.
En la clase de psicomotricidad el niño vive el placer del juego en todas sus expresiones, tiene la posibilidad de: balancearse, rodar por el suelo, deslizarse sobre los planos inclinados, lanzarse sobre colchonetas; tiene la posibilidad de correr, gritar, saltar; pero el también puede construir con las piezas de construcción, los cubos y prismas, o las planchas de madera.